viernes, 30 de agosto de 2013

Una terrible consecuencia: El suicidio

¿Cómo prevenir el suicidio?

Respuesta aportada por expertos de la OMS: 

No se pueden prevenir todos los suicidios, pero sí la mayoría. Tanto a nivel comunitario como nacional, se pueden tomar varias medidas para reducir el riesgo, entre ellas las siguientes:

-Reducir el acceso a los medios para suicidarse (pesticidas, medicamentos, armas de fuego, etc).
-Tratar a las personas con trastornos mentales, y en particular a quienes padecen depresión, alcoholismo o esquizofrenia.
-Seguimiento de los pacientes que han cometido intentos de suicidio.
-Fomentar un tratamiento responsable del tema en los medios de comunicación.
-Formar a los profesionales de la atención primaria de salud.

A un nivel más personal, es importante saber que sólo un escaso número de suicidios se producen sin aviso. La mayoría de los suicidas dan avisos evidentes de sus intenciones. Por consiguiente, deben tomarse en serio todas las amenazas de autolesión. Además, la mayoría de las personas que intentan suicidarse son ambivalentes y no buscan exclusivamente la muerte.

Muchos suicidios se producen en una fase de mejoría, cuando la persona tiene la energía y la voluntad para convertir sus pensamientos desesperados en una acción destructiva. No obstante, una persona que alguna vez haya tratado de suicidarse no tiene por qué estar necesariamente siempre en riesgo. Los pensamientos suicidas pueden reaparecer, pero no son permanentes y en muchos casos no vuelven a reproducirse.

Se calcula que cada año se cometen 900 000 suicidios. Esto significa una muerte cada 40 segundos. El suicidio se encuentra entre las tres primeras causas mundiales de muerte en personas de 15 a 44 años.


¿Y qué podemos hacer como enfermeros?



-Retirar objetos potencialmente peligrosos.
-Observar el estado del sujeto, sobre todo cuando está en el baño o la cocina.
-Escuchar activamente y con interés, facilitando la libre expresión de emociones para detectar ideas suicidas y/o conversaciones sobre muerte.
-Desviar la conversación hacia temas más armónicos, livianos.
-Animar a la paciente a buscar a los cuidadores para hablar cuando se produzca el deseo de autolesión.
-Educar sobre técnicas de autocontrol.
-Vigilar la ingesta de medicamentos.
-Potenciar su autoestima.
-Destacar sus logros en la vida.
-Aconsejar sobre ejercicios de relajación, musicoterapia, actividades recreativas.
-Motivar para la incorporación a grupos religiosos.
-Modificar factores ambientales desfavorecedores que incrementan el riesgo como la soledad o la pérdida afectiva.
-En caso de presenciar una crisis en el momento exacto, realizar curaciones, RCP, colocar torniquetes, controlar signos vitales, llamar a la ambulancia.
Video titulado "Carta de un suicida"


Fuente:
http://www.who.int.es/

2 comentarios:

  1. Muy buena propuesta, me gustó el tema que están abordando, considerando que los trastornos van en crecimiento, quizás en relación a estilo de vida acelerado que se lleva a diario, con lo que vamos descuidando nuestra salud mental, y a pesar de lo anterior, ésta temática no es muy tocada en nuestro país... considerando nuestra labor desde enfermería, teniendo presente que una relación de ayuda paciente-enfermera/o se basa en la consideración de la salud mental del paciente.
    Creo que hacen falta espacios como éstos donde se nos entreguen herramientas de intervenciones y aprendizajes, tanto a Enfermería como a todas las carreras relacionadas con abordaje humano.

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  2. Aunque considero que es complicado abordar este tema para cualquier profesional de la salud, me gusta el enfoque que le dieron bajo la perspectiva de enfermería, muy buen aporte :)

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